Estaba un niño con el padre en su casa y de manera ingenua le pregunta:
– Papi, papi, ¿Qué queda más lejos, la luna o Nueva York?
– El padre lamentándose de lo burro que era su hijo, lo llevó a la calle y le señaló el cielo, y le preguntó:
– ¿Qué ves?
– La luna papi, la luna.
El padre molesto le dice:
– ¿Entonces qué crees que queda más lejos? ¿Ves a Nueva York por algún lado?
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