Estaba Jaimito en la escuela, y la maestra siempre acostumbraba a preguntarles a sus alumnos en qué iban a la escuela:
– Pablito, dime, ¿En qué viniste a la escuela?
– Mi papá me trajo en su Ferrari, maestra.
– ¿Y tú, Carlitos?
– Mi mamá me dejó en su Jetta, maestra.
– ¿Y tú, Jaimito?
– En mi bicicleta, maestra.
Y todo los días era lo mismo, y cada vez que Jaimito decía que iba en su bicicleta, todos los niños se burlaban de él. Un día llega Jaimito a la casa y le dice a su mamá:
– Mamá, mamá, yo no quiero ir más a la escuela, porque cada vez que la maestra nos pregunta en qué fuimos, yo digo en mi bicicleta y todos los niños se burlan de mí.
– Pero no seas tonto, Jaimito, ¿Por qué no dices que fuiste en un Mercedes?
Al otro día la maestra hace las mismas preguntas, y cuando llega el turno de Jaimito,
– ¿En qué viniste a la escuela?
– En un Mercedes, maestra.
– ¿Y por qué llegaste tan tarde?
– Pues, porque se me salía la cadena a cada rato, maestra.
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